viernes, 27 de septiembre de 2019

DATOS BIOGRÁFICOS



Lozano Olivares, su nombre artístico mas conocido desde 1940, nació en Madrid el 25 de marzo de 1909.
Su infancia corta e intensa trascurrió en Madrid muy cerca de Los Jerónimos, del Prado y del Retiro.
Desde niño, Desiderio Babiano Lozano, tuvo interés y afición por dibujar y pintar. Su abuelo, impresionado por esta habilidad suya, fue el primero en reconocerla y la recompensó regalándole los primeros pinceles, cuaderno de dibujo y caja de acuarelas.
.A los nueve años, tras una breve escolarización, comenzó a trabajar en el Banco Central hasta 1936.

Tras la sublevación y levantamiento militar contra la  II República el 18 de Julio de 1936 y el inicio de la guerra civil en España permaneció en la ciudad de Madrid hasta marzo de 1939.


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 Su espíritu crítico y su receptividad hacia los cambios sociales, se iniciaron y fecundaron  durante su juventud en los años de la Dictadura del General Primo de Ribera. En 1931, con 22 años, la Republica brindaba a la juventud espacios y oportunidades para el desarrollo de múltiples inquietudes:  el teatro y sus decorados, los paisajes y el montañismo en la Sierra de Guadarrama  y Gredos, la política  y el apogeo social en  un Madrid vivo y fascinante. La poesía, la literatura, el teatro y todas las actividades gráficas se desarrollaron, entre muchas otras, con fuerza y plenitud creativa, en el espíritu renovador de la nueva República.



Extrovertido, simpático y con un amplio sentido del humor, tuvo siempre un don para las relaciones humanas y personales. También una  percepción, una capacidad observadora y asimiladora,  un registro intuitivo y fotográfico de las formas, del claroscuro, el color, la luz, el contraste, el encuadre, el movimiento y de síntesis e impacto de lo esencial. Crítico y chispeante, con su aguda capacidad de síntesis y acierto en el mensaje y con la línea ágil, clara, graciosa y potente en su ejecución, encaja en los ambientes culturales y del grafismo del momento por la  movilización y la defensa de la República Española en 1936.

Organizado en las Juventudes Socialistas Unificadas, JSU, entre las muchas necesidades del momento, Babiano, así firmaba sus trabajos hasta 1939, se dedicó a dibujar para periódicos, folletos y carteles, hacia donde se polarizó todo el potencial gráfico y  cartelístico. El lenguaje del cartel era un medio ágil, sintetizador e impactante que transmitía todos los mensajes urgentes desde
todos los ámbitos culturales, sociales y políticos hacia todos los sectores de la movilización del país.
Es difícil encontrar en la historia otro momento de tanta plenitud e intensidad en la difusión de temas y contenidos, tal diversidad de técnicas y estilos y tal calidad y cantidad de artistas al servicio de una causa y objetivo común: salvar a la República. Dan testimonio de ello publicaciones y exposiciones especializadas, que reflejan esta enorme creatividad, orientada a promover el civismo, la cultura, la educación, la higiene, la maternidad, la protección de la infancia, la producción, la vigilancia, el alistamiento, la alfabetización y la solidaridad.



En el mes de marzo de 1939 en Madrid la situación para los republicanos era insostenible tras el pacto del General Casado. La situación general y las responsabilidades familiares aconsejaron tratar de abandonar Madrid y España por la carretera de Valencia hasta el puerto de Alicante. El escritor Max Aub, desde el exilio en Méjico plasmó  la tragedia de este episodio en su libro “Campo de los almendros”. La posibilidad del exilio desde el puerto de Alicante se truncó a principios de abril de 1939.
Prisionero en el campo de concentración de Albatera, en 1940, tras meses de esfuerzos e ingenio, fue liberado. Su esposa, haciendo uso de su audacia y valor, fue la artífice de su liberación.
Rehicieron su vida en Barcelona y allí  ejerció múltiples empleos: pintó tranvías, casetas de baño, paredes y lo que se pusiera por delante hasta conseguir reiniciar su labor gráfica. Esta vez con el nombre artístico compuesto por motivos de seguridad por los dos apellidos de su madre: Lozano Olivares.
El mundo editorial en la posguerra  y hasta finalizar la II Guerra Mundial en 1945, era un micromundo controlado por la Falange y el Movimiento Nacional y vigilado por una censura estricta. Se tenía que tener suerte y talento para romper el cerco, situarse y prosperar en ese medio.


En un inmueble vetusto de cuatro paredes y sobre una vieja mesa de cocina Lozano Olivares inició en 1940 su vida artística como ilustrador de todo tipo de libros, revistas y otras publicaciones. Uno de sus primeros trabajos como ilustrador lo realizó en  Publicaciones  Nuevocine  ( Ediciones Cinema / Ediciones Grafidesa S.L.) ilustró para una publicación de ficción, en cuadernos de comic, de “Bravo Español”; otros trabajos  en la revista infantil “Chicos” y la ilustración, casi absoluta, de la revista “Ímpetu”, uno de cuyos directivos entonces era Manuel Sacristán. La redacción la constituían  un grupo de gente joven con un ideario intelectual falangista, capaces, competentes y con medios. Ilustró varios libros de literatura juvenil épica y de aventura, como La Espada Invencible, Atila y La Isla del Tesoro con litografías de una gran calidad y belleza para  Ediciones  Cantín. Ilustró  para Hymsa, en la primera etapa gráfica de la revista Lecturas, historias y relatos  cortos. Múltiples colecciones de cuentos infantiles, de aventuras para adolescentes,  policíacas y de misterio para la Editorial Molino. Realizó portadas e ilustraciones en todo el laberinto editorial de Bruguera desde los años 50 hasta su fin en la década de los 80. Para esta editorial con una producción amplia y compleja se prodigó en diversidad de estilos y muchos de sus trabajos, sin firma, quedaron registrados con el seudónimo de Desilo, compuesto de las dos primeras letras de su nombre y sus dos apellidos.
Caralt, Cumbres. Furest, Éxito, Janés, Gili, Toray, Vergara, Mateu, Veron, Victoria, Hachette,  son otras editoriales más en donde se vertebra también la obra gráfica de Lozano Olivares.

Para cada autor y para cada tema múltiples personajes, una ambientación documentada y lograda y un movimiento vibrante para trasmitir la acción literaria. Preciso y penetrante al reflejar el tiempo y la época. Camaleónico al elegir el estilo y la técnica a cada narración. Amplitud de matices: de la sobriedad del Quijote  a la gracia y humor ingenuo de un Tom Sayer, pasando por los personajes más representativos de algunos de los autores más ilustres  de la literatura universal: Homero, Boccaccio, Shakespeare, Cervantes, Lope de Vega, Julio Verne, Allan Poe, Oscar Wilde y otros muchos de gran éxito editorial.

La experimentación es doméstica: grabados, óleos, acuarelas, pasteles, calcografías y bocetos. Muchos trabajos anónimos dedicados a personas próximas, a ediciones clandestinas y a la acción social y política prohibida.




No existen las condiciones para relajarse. La creación brota plena de inconformismo y crítica social, pero sin espacios para hacerlo público. Hay mucho por hacer y pocos se arriesgan a los procesos y consejos de guerra sumarísimos, a los despidos y las persecuciones laborales, a ser encarcelados y al exilio. Consciente de esos peligros, se arriesgó y en dos ocasiones fue detenido y encarcelado.






Lozano Olivares aportó con su saber hacer profesional y cívico su compromiso con los tiempos que le tocó vivir. Falleció el 21 de mayo de 1985 en Barcelona a los 76 años de edad

DATOS BIOGRAFICOS

Datos biográficos